M(V)isión


Son muchas las organizaciones (empresas e instituciones) que se han dado cuenta de la importancia de definir y comunicar un destino claro para su viaje empresarial o institucional. Vamos por partes:

  • Vamos a pensar…: Cualquier proceso de reflexión estratégica empieza con una primera fase consistente en preguntarse cuál es el objetivo final de la organización, y como se piensa llegar hasta él. La definición de la Misión y la Visión de nuestra organización implica una reflexión sobre la identidad, la razón de ser de la organización, los valores que exhibe, y como queremos ser percibidos por el exterior. Si nos ponemos un poco metafísicos, nos deberíamos hacer preguntas como: ¿Quién somos como organización? ¿Cuál es nuestra identidad como organización? ¿Qué hemos hecho hasta el momento como organización? ¿Hacia donde ponemos el rumbo, como organización?
  • … y lo vamos a comunicar: Una vez hecha la reflexión interna, la gracia está en la comunicación. Se debe pensar en el mensaje, atendiendo a su receptor: nuestros trabajadores, nuestros accionistas, nuestros clientes, la sociedad local en la que nos encontramos, la comunidad turística en la que habitamos, etc. Por ello se debe enfatizar qué aspectos de nuestra actividad queremos comunicar en clave interna, externa, a determinados grupos de interés, etc. El mensaje debe ser multimensaje.
  • Bucle dinámico: La reflexión estratégica es un proceso continuo que nunca acaba. Se retroalimenta de las conclusiones adquiridas en una etapa para poner los cimientos de la siguiente etapa. Además, existen objetivos a largo plazo que solo se pueden llegar a conquistar por medio de una actuación sostenida a lo largo de mucho tiempo. Así pues, la observación de la reflexión estratégica se debe hacer desde una postura dinámica, explicando de donde se viene y hacia donde se va.
  • Hablemos de nosotros: Por todo lo dicho hasta el momento, y puesto que estamos proyectando un mensaje sobre nuestra identidad, el mensaje debe ser próximo, debe hablar de nosotros. Quizás sea una afirmación demasiado evidente, pero desgraciadamente existen demasiados ejemplos de reflexión estratégica vacíos de contenido…
  • Ejemplos de contenido «vació»: Algunos ejemplos de mensajes etéreos, vagos, o con excesivas generalidades podrían ser éste o éste otro. No nos malinterpreten: queremos puntualizar que bajo nuestra humilde opinión, no han logrado el objetivo de ser un mensaje concreto, próximo, identitario. No queremos decir que no se hayan dedicado muchos recursos en éstas definiciones estratégicas.

En resumen, seguramente la definición en sí misma de los objetivos de una organización no debería ser noticia, y por tanto la noticia más bien sería que en el siglo XXI alguien todavía funcione por inercia, sin preguntarse hacia donde va. Quizás, algunas personas todavía creerán que esto de la reflexión estratégica es una pérdida de tiempo, atrincherados detrás de aquella vieja máxima que el único objetivo de las empresas es ganar dinero, por ejemplo. Lo cual no deja de ser cierto… Lo que ocurre es que ello probablemente ya no sea suficiente en la actualidad.

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